Luces de la ciudad (1931)

luces de la ciudad

Luces de la ciudad de Charles Chaplin, es una comedia dramática y romántica. Dirigida con su habitual ritmo dinámico y con acierto, a su modo propio de hacer cine, realiza una cinta que divierte, emociona y entretiene gracias a un trabajo excelente e impecable.

El guión, escrito por el mismo director es enternecedor y totalmente conmovedor, a la misma vez que hilarante, ya que el argumento llega directamente al corazón al antojo de Chaplin, con una definición sublime en lo que sin duda es una de sus mejores obras.

La actuación arquetipo de Chaplin es carismática y con personalidad, con un trabajo brillante, y con el acompañamiento sensacional en esta ocasión de Virginia Cherrill muy convincente y creíble en su papel de florista ciega, y también competente Harry Myers. Con vestuarios y caracterizaciones trabajadas al detalle, elegantes por un lado, y humildes y míseras por otro, marcando claramente las diferentes clases.

Musicalmente, también obra de Chaplin, es hilarante y rítmica, acompañando magistralmente la acción con sonidos atractivos y estimulantes que recordarán alguna otra película conocida como por ejemplo Esencia de mujer, para encantar aún más si cabe.

Para concluir, destacar la narrativa no escrita sino visual, con gestos y expresiones para hacer reír y emocionar al público como tan solo él sabe. Por lo que, en definitiva, la considero una de las obras esenciales del genial director, ya que contiene todo los ingredientes necesarios para ser una película inigualable e imperecedera.

PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 9 SOBRE 10

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