American Beauty (1999)
American Beauty de Sam Mendes, es una comedia dramática que satiriza al americano de clase media «aparentemente» normal. Dirigida con un ritmo dinámico, es singular y original, tanto por la historia, como por cómo se realiza, siendo innovadora y personal, y con una realización asombrosa y subjetiva, obteniendo un resultado extraordinario y provocador.
La fotografía, es grandiosa y espectacular, con excelente uso del color rojo para llamar la atención del espectador, con escenas que impactan y se queda en la retina del público por sus contrastes, siendo por tanto, cautivadora por sus múltiples matices y luminosidad. Y la música, es hipnótica y bella, la cual penetra con sus sonidos estimulantes y confortantes, que producen un encantamiento tranquilizador y profundo al dejarte envolver en ella.
Las actuaciones, son soberbias, auténticas y brillantes. Con Kevin Spacey genuino y con personalidad propia en un enorme papel con el que obtuvo el oscar. Y con estupendas y acertadas interpretaciones de Mena Suvari, Annette Bening, Thora Birch, Peter Gallagher, Wes Bentley y Chris Cooper. Los cuales usan diálogos ocurrentes y perspicaces en las insólitas situaciones que se producen, con toques mordaces y excéntricos.
El guion, original y digno ganador del oscar, es inaudito, argumentado de modo absorbente y penetrante, creando gran curiosidad en el espectador, e incitándolo con múltiples actitudes sorprendentes de los protagonistas, pero con un trasfondo desesperanzador por lo que comienza el narrador explicando al principio de la cinta. Y emplea para ello, una narrativa enigmática y misteriosa, además de profunda que causa intriga al escucharla, y no saber muy bien si lo que cuenta ocurrirá, y si ocurre además, de qué modo ocurrirá.
Para concluir, cabe resaltar los movimientos y planos de cámara panorámicos, reconocimiento, subjetivo, travellings, cámara en mano y primeros planos elaborados en detalles, que asombran por la lucidez de un gran trabajo técnico. Y unos vestuarios y caracterizaciones estéticamente sugerentes y trabajados, según el desarrollo de cada uno de los personajes a lo largo de la historia, y que dependen de sus cambios anímicos.
En definitiva, la considero una obra imperecedera y esencial, digna ganadora de 5 oscars entre ellos el de mejor película por ser soberbia y magistral. La cual hipnotiza y cautiva a todos los públicos, por tener una excelente dirección, guion original, fantásticas actuaciones, sugerente fotografía, hipnótica música, y narrativa intrigante y apropiada. Y por supuesto, no solo es una de las cintas imprescindibles de los 90, sino de la historia fílmica en sí, por la cantidad de detalles positivos e indelebles que la forman.
PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 10 SOBRE 10
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