La Gran Belleza (2013)
La gran belleza de Paolo Sorrentino, es una comedia dramática que satiriza la clase alta de Roma en distintos ámbitos. Dirigida con un ritmo tranquilo y majestuoso, es singular y diferente por la ironía que practica, y desde luego íntima y personal. Realizada de modo excelente y extraordinario, tiene un resultado fantástico y excepcional que calará a los que busquen obras hipnóticas y mordaces.
La fotografía, es bella y lumínica, además de evocadora y confortante, la cual, atrae al público por sus imágenes placenteras llenas de matices que maravillan tanto en su versión nocturna como diurna. Y la música, es variada y muy acertada según el momento y situación de la trama, siendo por un lado moderna y rítmica, y por otro relajante y atrayente, en un hábil y oportuno acompañamiento de la historia, que gustará a todo tipo de públicos.
Las actuaciones, son auténticas, genuinas y brillantes. Con Toni Servillo con una profundidad cautivadora, Carlo Verdone creíble y adecuado, Sabrina Ferilli seductora e impecable, y convincentes interpretaciones de Serena Grandi, Isabella Ferrari y Giulio Di Quilio entre otros. Empleando para estos unos vestuarios y caracterizaciones elegantes y distinguidos, típicos de la clase alta, y apropiados según el personaje.
El guion, escrito por el mismo director junto con Umberto Contarello, es una perfecta mezcla de tristeza y jocosidad, siendo por tanto absorbente y penetrante por estar argumentado de manera comprometedora por la actuación del protagonista, que lleva por bandera un humor ácido y punzante que gustará al espectador, con algunos toques melancólicos y desesperanzadores, siendo en definitiva soberbio. Y usando una narrativa con voz en off algo pesimista y desilusionada, que es directa y clara, e incluso algo enigmática.
Para concluir, cabe destacar un impresionante trabajo de movimientos de cámara y planos, con gran uso de avanti y retroceso, primera persona, reconocimiento y panorámicos, grúas, rotación, primeros planos, subjetivos, detalle y seguimiento originales, que muestran con gran belleza, lo hermoso de una ciudad eterna, dejando en la mente del público una duradera sensación de bienestar y magnificencia.
En definitiva, la considero una obra indispensable e imprescindible en el séptimo arte, por estar llena de encanto, humor, nostalgia y profundidad eclipsante, ofreciéndonos algo nuevo, hermoso y sentimental. Recomendable por su dirección, guion, interpretaciones, fotografía, música, planos, movimientos de cámara y narrativa que hacen de La gran belleza, un film sobresaliente y necesario dentro del género de comedia dramática.
PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 9 SOBRE 10
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