El Arca rusa (2002)

el arca rusa

El director Aleksandr Sokúrov nos entrega con gran maestría un resumen magnífico de gran parte de la historia de Rusia, y lo realiza además con mano experta gracias a una soberbio plano secuencia que transcurre desde que empieza hasta que acaba el film, dejando patente con ello un derroche técnico inolvidable. No es esto lo único que visualmente llama la atención de la cinta, también son dignos de elogio los vestuarios y caracterizaciones de los personajes de las distintas épocas narradas en la película, que muestran episodios importantes de la historia de Rusia en los siglos XVIII, XIX y XX. Todos estos sucesos discurren en el impresionante Museo del Hermitage en Leningrado, donde la opulencia de sus decorados e innumerables cuadros te dejan boquiabierto. 

La acción de la película es representada esencialmente por dos personajes, uno de ellos es el propio narrador, a quien nunca vemos y cuyos ojos son la cámara. Este personaje dice al principio que está muerto y que vaga por el palacio. El segundo personaje es el Marqués de Custine, a quien el narrador llama el Europeo, este personaje si es real y es visto por casi todas las personas con las que se van encontrando a lo largo del film, aunque en alguna que otra ocasión no es visto por otros. El Europeo, que es al único que vemos de los dos, tiene una forma de ser un tanto descarada y burlona, comportándose en todo momento con altivez y mostrando amor-odio por la patria Rusa. 

La película, por tanto, no está desprovista de mérito ni en la parte técnica ni en la interpretativa, y el director y guionista se luce al exponer al público momentos históricos vividos en los últimos tres siglos, curiosamente los mismos que tiene el palacio. Lo hace además con una sobresaliente fotografía que exprime lo mejor de unos decorados y caracterizaciones dignos de ver, ya que consiguen transportarte eficazmente a cada época. Por lo tanto, debido a su originalidad y vistosidad es una obra necesaria de ver para todo aquel cinéfilo ávido de descubrir cintas hermosas tanto por dentro como por fuera, ya que lo que en ella se expone sin darte cuenta te cala y se queda dentro de ti para siempre como un bello recuerdo. Es como si ese fantasma que vaga desde hace siglos por el palacio, te trasmitiera lo que el siente y lo que vive dentro de él, ya que como reza al final, el palacio es un arca que navega eternamente en un mar sin fin con el dentro. 

PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 8 SOBRE 10

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