Kwaidan (el más allá) (1964)
Kwaidan (el más allá) de Masaki Kobayashi es un film fantástico de terror sobrenatural dividido en 4 historias distintas. Dirigida con un ritmo majestuoso y con un estilo elegante y personal típico del director, es una obra que genera gran interés al absorber al público con un cine de terror distinto que inquieta por la sorpresa de lo inesperado en distintas tramas repletas de misterio y leyenda, dejando tras de sí la buena sensación de haber visto un film excepcional y digno de elogio. Realizada de manera visualmente irresistible tiene un resultado eclipsante que encantará a los seguidores del género con un gusto exquisito por el cine japonés y clásico.
La fotografía es oscura en líneas generales gracias a unas imágenes lúgubres que están estéticamente cuidadas en detalles evocadores, trasportándonos in situ a los distintos lugares donde transcurren las historias. La música es autóctona e hipnótica al tener unos sonidos profundos llenos de enigma que inquietan al público por tener unas melodías amenazadoras y repletas de intriga. Los planos y movimientos de cámara completan un soberbio trabajo técnico mediante el uso del reconocimiento, avanti, detalles, retroceso, primeros, primerísimos planos y cámara en mano lentos que sugestionan al espectador.
Las actuaciones son auténticas y recónditas. Cuenta con las serias interpretaciones de Tatsuya Nakadai, Rentaro Mikuni, Katsuo Nakamura, Ganemon Nakamura, Michiyo Aratama, Keiko Kishi, Takashi Shimura y Tetsuro Tamba. La dirección artística emplea para estos unos vestuarios sugerentes a la época y lugar en cuestión y unas caracterizaciones sobrecogedoras y siniestras que cumplen con una impecable labor digna de elogio para el momento.
El guion, escrito por Yôko Mizuki y basado en el libro de Lafcadio Hearn, tiene en su interior 4 historias distintas con el terror como denominador común. La primera se titula “pelo negro”, la segunda “la mujer de la nieve”, la tercera “el hombre sin orejas” y la cuarta “la taza de té”. Todas tienen fantasía y gran misterio en su interior, creando una atmósfera enigmática que atrapa al público con mucho oficio en una maravillosa labor. Esto se lleva a cabo con una narrativa lírica que es impoluta en una tarea alusiva y equilibrada, con voz en off al principio de cada capítulo que pone al espectador en situación.
Para finalizar, la considero una obra inmortal e imprescindible del director y del género, que encantará a los cinéfilos clásicos amantes de la estética y la fotografía japonesa, con el aliciente de tener en su interior 4 historias atractivas sobre leyendas de un terror repleto de misterio. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, planos, vestuarios, caracterizaciones y narrativas que vuelven a Kwaidan (el más allá), un notable film de terror que no pasará desapercibido para los amantes del cine clásico de terror.
PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 8 SOBRE 10
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