La batalla de Argel (1966)
Gillo Pontecorvo, un director italiano comprometido con la causa antifascista y perteneciente al partido comunista en Italia, empatiza en esta ocasión con la causa del Frente de Liberación Nacional argelino al mostrar su causa en la película La batalla de Argel; situando el contexto histórico en el inicio de las revueltas argelinas llevadas a cabo en la capital del país que desencadenaron en la independencia de estos con Francia, país colonialista de Argelia desde 1830 hasta 1962, cuando al fin los habitantes de este país consiguieron después de años de enfrentamientos callejeros con la policía y el ejército francés la ansiada independencia.
El guion, escrito por el mismo director junto con Franco Solinas, está basado en hechos reales y muestra la tragedia de aquellos sangrientos años sin paños calientes, mostrando todo tal cual sucedía, con las muertes de personas inocentes y no tan inocentes que eran causa del odio contenido durante tantos años. Dicha trama, es llevada a cabo con pasión y con mano experta por un director comprometido con su causa que sin ser demasiado objetivo, si plasma con esmero y sin dilación (ya que los hechos narrados habían pasado pocos años atrás), una historia desgarradora que dejo muchos muertos atrás en una sinrazón colonialista que tenía sus días contados.
La fotografía en blanco y negro, no reduce el dramatismo de unas imágenes violentas que exponen sin miedo a excederse los hechos tal cual sucedieron, siendo por tanto uno de los detalles técnicos más remarcables del film. También la música de Ennio Morricone añade inquietud y sobre todo zozobra a la trama en los momentos oportunos, gracias a una música rítmica de tambores que consigue desconcertarte cuando esa es su intención. Y por último, mencionar especialmente las interpretaciones de caras no demasiado conocidas que gracias a unas realísimas actuaciones consiguen calar en el espectador sin empatizar en absoluto.
Por lo tanto, considero La batalla de Argel una obra sobresaliente indiscutible que saca a la luz unos hechos nada populares que apenas lograban llenar los informativos de una época en la que la gente prefería vivir fuera de la realidad, o que tal vez eso es lo que querían y conseguían los medios de comunicación. Ya que los hechos irreverentes que veras en su interior, son tan reales y están tan repletos de dramatismo que te transportarán eficazmente al momento y lugar en cuestión para hacer justicia social y al menos de conocimiento de lo que ocurrió en aquellos aciagos años en la capital argelina, cuando miles de civiles y militares morían por una causa impopular y repleta de una injusticia que tenía sus días contados.
PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 9 SOBRE 10
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