No (2012)

no película

El famoso director chileno Pablo Larrain se toma el film No en serio al mostrarle al mundo parte de la dictadura chilena cuando esta ya estaba llegando a su fin, exactamente cuando el gobierno de Pinochet puso en la palestra un plebiscito para el pueblo chileno para que votaran con un sí en el caso de que quisieran seguir con el gobierno de Pinochet, aunque en esta ocasión ya no como militar y dictador sino como político en una democracia o votar por un no, para quitar de en medio al que fue dictador de chile durante los últimos 15 años. 

Los detalles técnicos de esta película son peculiares para trasladar al espectador al momento y lugar en cuestión. El mas convincente de ellos es la fotografía que simula las imágenes de los años 80, huyendo de lo digital y de la calidad máxima de las imágenes de hoy en día para dar mayor verosimilitud a una trama tan política como reivindicativa. La música de Carlos Cabezas también es importante para dar inquietud o esperanza al argumento de una historia tan real como triste en las diferencias políticas de un país latino americano como Chile. Cabe también destacar los planos y movimientos de cámara personales para exaltar mejor las interpretaciones y la cámara en mano para dar mayor inquietud al film. En cuanto a las interpretaciones, Pablo Larrain cuenta por primera vez con Gael García Bernal, para luego en otros films volver a repetir con él. También cuenta con los correctos papeles de Alfredo Castro, Luis Gnecco y Antonio Zegers entre otros. 

El guion, escrito por Pedro Peirano y basado en la obra de teatro inédita El plebiscito, es muy político y demanda la famosa dictadura chilena y como después de 15 años al frente del poder se enfrentaban a ser una democracia para ganarse la opinión y favor extranjera, y seguir así al frente del poder cuando se dieron cuenta que la dictadura ya apenas tenía cabida en un mundo cada vez más “libre”. Lo que en la película se ve, sirve como documento fílmico para ser conscientes de lo que significa el poder unilateral, cuando la población es sometida a la voluntad de una sola persona, militar en este caso, y ser conscientes así de las obligaciones que tenemos todos y cada uno de nosotros en una verdadera democracia, para así mejorar como pueblo y perfeccionarnos. 

En definitiva, la considero una obra necesaria de conocer para ser conscientes y partícipes de lo que ocurrió en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, sobre todo en sus últimos años cuando ya no tuvo más remedio que dar al pueblo la oportunidad de votar para que escogieran si querían seguir con Augusto Pinochet al frente o buscaban otro nuevo líder dentro de una democracia que buscaba el avance como pueblo lejos del terror y el sometimiento del país chileno. Recomendable por tanto de ver, para los que buscan buenos films y conocer al menos en una pequeña parte lo que ocurrió en un país sometido a las ideas de una sola persona.

PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 7 SOBRE 10

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