No habrá paz para los malvados (2011)
No habrá paz para los malvados de Enrique Urbizu es un thriller policiaco de cine negro basado en un corrupto agente de la policía que una noche que va a un club borracho, acaba metido en un lío con mafias y negocios ocultos entre medio. Dirigida con un ritmo más bien lento pero apropiado por crear el clima idóneo para el film y con un estilo personal que crea gran interés, es una obra impecable en lo que se propone el director al crear una atmósfera turbia y de corrupción que cautiva a los amantes del género y los mantiene en vilo todo el film con su inesperada historia, concluyendo una película implacable y provocadora que deja enormes sensaciones tras su visionado a los amantes de los buenos thrillers oscuros.
La fotografía es recóndita y turbia, haciendo gran uso de los claroscuros en un evocador trabajo que es de lo más estimulante y desde luego portentoso, dejando la sensación tras algunas escenas impactantes de que se está visualizando un film estéticamente sombrío. La música es intrigante en sus insidiosas melodías que son variadas según la acción en una sugerente tarea llena de ritmos arrolladores que penetran en el público, añadiendo enigma e inquietud. Los planos y movimientos de cámara consuman una excelente tarea técnica mediante el uso de los detalles, cámara en mano, generales, steadycam, seguimiento, plano-contraplanos, avanti, retroceso, reconocimiento, subjetivos, voyeur y primeros planos que exprimen lo mejor de la trama y sus interpretaciones. Cabe destacar también, los efectos visuales competentes y sobrecogedores en determinadas escenas repletas de violencia.
Las actuaciones son soberbias y remarcables del primero al último. Como protagonistas José Coronado está impecable en un personaje con oscuridad psicológica que además borda, Helena Miquel está impasible y creíble en su labor y Juanjo Artero está convincente en su tarea, siendo también notables los acompañamientos de Rodolfo Sancho, Younes Bachir, Pedro María Sánchez y Nadia Casado entre otros. Emplea para estos la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones variados y sugestivos según el personaje y su condición en una buena labor que junto con los interiores y decorados te transportan in situ.
El guion, escrito por el director junto con Michel Gaztambide, va creando más y más interés a medida que avanza la historia tras un comienzo implacable que deja al público descolocado, ya que su trama logra enganchar a toda clase de públicos con su ritmo, intriga y tensión que mantienen absorto al público en lo que se le ofrece, finalizando un atractivo film que es de lo más penetrante en su trabajo, dejando tras de sí la grata sensación de haber visto una gran película que obtuvo justamente el Goya en su categoría. Esto se lleva a cabo con una narrativa conspiradora y desde luego insidiosa que es alusiva de cada personaje en un sombrío y profundo trabajo que además contiene unos diálogos directos y punzantes para satisfacción del espectador. Cabe señalar también, el montaje lineal y seguido que no se toma prisas pero marca un ritmo paulatino que engancha y mantiene interés e intriga.
En definitiva, la considero una obra imperecedera e insustituible dentro del buen cine español que ganó justamente el Goya a la mejor película por ofrecer un trabajo repleto de una intriga impecable que mantiene sorprendentemente al espectador pegado al asiento con mucho oficio e intención, logrando con ello tallar un film remarcable y digno de elogio por la oscuridad de su turbia trama. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, efectos, planos, movimientos de cámara y narrativa que hacen de No habrá paz para los malvados, un film soberbio y pernicioso que cautiva hasta a los cinéfilos más exigentes.
PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 8 SOBRE 10
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