Pi, fe en el caos (1998)

pi, fe en el caos

Gran ópera prima de Darren Aronofsky, una película que además deja ya claro el estilo reconocible que el director usará en futuras cintas de amplio reconocimiento de público y crítica como lo fueron posteriormente Réquiem por un sueño (2000), El luchador (2008), Cisne negro (2010) y Madre! (2017) entre otras. No son demasiadas las películas que tiene en su haber este particular director, pero si son notables en su mayoría y desde luego no están desprovistas ninguna de ellas de un estilo propio, fácilmente identificable y desde luego satisfactorio para los cinéfilos más exigentes. 

Rodada en blanco y negro y con unos planos y movimientos de cámara personales que usa mucho los primeros, primerísimos planos y la cámara en mano para exprimir lo mejor de la interpretación del protagonista, añade además zozobra a la trama, y aunque se nota que está rodada con un bajo presupuesto tanto por estos detalles técnicos como por contar con actores no conocidos, es esto sin embargo un detalle insignificante para un resultado final destacado, ya que cumple ampliamente con lo que se propone el director. 

Su trama, basada en un matemático obsesionado con descodificar el sistema numérico que rige el mercado bursátil y otras claves numéricas, va creando inquietud al espectador y desde luego desconcierto al hacerlo partícipe del declive de un joven que sufre además de fuertes dolores de cabeza que le afectan al ánimo y a su trabajo, al que además no es capaz de ponerle fin. La música de la película, a la que da forma Clint Mansell, quien además después de esta colaboración puso música casi al resto de película de Aronofsky, es turbadora en casi todas las escenas y añaden ansiedad a la historia, logrando con ello un notable trabajo musical que es además reconocible en sus futuros trabajos con el director. 

En resumidas cuentas, considero Pi, fe en el caos, una película de culto digna de ver para todos aquellos seguidores del cine de este género, del director y de los thriller psicológicos y cine independiente norteamericano al ofrecer algo auténtico, una trama basada en la obsesión por conseguir algo que quizás no esté en su mano, con la consiguiente paranoia derivada del excesivo trabajo y ningún descanso, ofreciendo con ello un producto digno de elogio que no dejará indiferente a nadie que se aventure a ver, lo que sin duda es una de las óperas primas mejor conseguidas y con un sello propio más reconocible en el séptimo arte. 

PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 8 SOBRE 10

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *