Inseparables (1988)
David Cronenberg, un director archiconocido en el género de películas de terror conocidas además como por ejemplo La mosca (1986), Videodrome (1983) o La zona muerta (1983). También respetado director del género thriller por cintas tan atractivas como Una historia de violencia (2005) o Promesas del este (2007), dirigió en el año 1988 la película que aquí nos ocupa, Inseparables. Un drama psicológico y thriller considerado por muchos como una película de culto, cuya trama gira en torno a la historia real de dos hermanos gemelos de 1975, que eran ginecólogos.
Es digno de mención de este director, el dominio que tiene sobre géneros tan distintos y también la ambientación que crea en todos sus films, envolviendo la historia en un halo misterioso y en una atmósfera enrarecida de la que no te libras de principio a fin. En esta película, no iba a ser menos. Consigue desde que empieza crear atención con la enorme interpretación de Jeremy Irons, cuyo doble papel roza un resultado sobresaliente al interpretar a dos hermanos gemelos de personalidades tan distintas como lo son ser extrovertido e introvertido. Dos hermanos además, dependientes el uno del otro que se aman y odian a partes iguales, siendo ese el principal fuerte del film.
Poco a poco, la película consigue atraparte por completo y te machaca con la espiral autodestructiva de los hermanos, los cuales, a través de la relación que comparten con una actriz en horas bajas, se dejan llevar por el camino de las drogas hasta ir consumiéndose el uno al otro, llegando incluso, a no distinguirse en absoluto quien es uno y quien es otro. Todo ello, llevado con mano experta por la inestimable dirección de David Cronenberg, el cual es, además, guionista de la película junto con Norman Snider, llevando con acierto a la gran pantalla la novela de Bari Wood y Jack Geasland basada, como ya he dicho, en hechos reales.
En cuanto a los detalles técnicos de la cinta, creo que han perdido un poco de fuerza con el pasar de los años. Tanto sus planos y movimientos de cámara, música y también por supuesto los vestuarios y caracterizaciones de los personajes, dejan patente la época de la película, la cual es evidente claro está, pero curiosamente las películas de los años 80, suelen tener en su gran mayoría ese “defecto” que no tienen tanto las películas de las décadas anteriores. Aunque tal vez, sea tan solo una sensación mía.
En definitiva, la considero una obra de culto que llama la atención por diversos puntos: uno de ellos, la estupenda interpretación de Jeremy Irons por partida doble en su enorme actuación de los hermanos gemelos. También, por la estupenda dirección de David Cronenberg, que consigue siempre dejar una huella reconocible en todos sus films. Y por último, por su estremecedora historia basada o inspirada al menos en unos hechos reales que dejarán a toda clase de espectadores pegados al asiento, disfrutando o más bien sufriendo con una película desasosegante que te atrapa y te deja marcado con su retorcida trama.
PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 7 SOBRE 10
Deja una respuesta