Elena (2011)
Cria cuervos y te sacaran los ojos. Así reza el famoso refrán que en esta película tiene más sentido que nunca. El director Andrey Zvyagintsev saca a la palestra una historia de lo más incitadora que se va cociendo poco a poco y en la que el dinero es el gran protagonista. El dinero cuando te sobra, y el dinero cuando te falta. Pero también es gran protagonista la justicia, y con ello no me refiero a la justicia universal o la que se practica en las salas con magistrados, sino más bien esa justicia particular que todos sentimos en algún momento creer que está por encima del resto. Esa justicia subjetiva que sale de nuestro corazón o intelecto y que decide que sería lo mejor desde nuestro punto de vista.
Con esta premisa, el director Zvyagintsev saca jugo a la trama, ya que nuestra protagonista, llamada Elena y que también da nombre al film, es una mujer ya de edad algo avanzada que vive con un hombre rico que conoce desde hace algunos años y con el que está casada, pero tiene también un hijo con problemas de alcohol que no tiene el más mínimo interés en trabajar. Su marido por su parte, tiene una hija que él mismo califica como “hedonista”, y que se dedica tan solo a vivir sin querer tener muchas preocupaciones, ni siquiera en cuanto a la salud de su padre se refiere. Con estos ingredientes, pueden salir muchos cócteles, y el que sale, es el más desconcertante de todos.
Es digno de elogio creo yo, que un director con no demasiadas películas a sus espaldas como es Zvyagintsev, haya filmado tantos títulos notables como ha realizado hasta el momento. Ha dirigido películas de la talla de El regreso (2003), El destierro (2007), Leviatán (2014) o Sin amor (Loveless) (2017). Todas ellas de gran calidad fílmica y un estilo propio, que se va haciendo cada vez más reconocible para deleite de los cinéfilos más exigentes que siempre tratan de buscar realizadores originales o con sello propio.
Aunque los detalles técnicos de la película están por debajo de la calidad de su trama, cabe la pena destacar las interpretaciones de los protagonistas, incluso de los secundarios. Cuenta con las interpretaciones de Nadezhda Markina, Elena Lyadova, Aleksey Rozin, Andrey Smirnov y Evgeniya Konushkina entre otros. También merece especial atención la música, que es usada hábilmente según el momento de la trama, la fotografía lumínica y los planos y movimientos de cámara que en algunas escenas parece recordar -salvando las distancias-, al famoso director ruso Andrei Tarkovski.
Por tanto, considero Elena un trabajo digno de elogio, como el resto de cintas que hasta el momento ha realizado el director. Por tener en su interior una historia insidiosa y repleta de detalles que la hacen sencilla pero a la vez turbadora, para disfrute de todos esos cinéfilos ávidos de un cine propio y bien trabajado que ofrece un producto llamativo que no dejará a nadie indiferente tras su visionado, ya que incluso sin ser una obra maestra, cumple ampliamente con su cometido y deja la sensación tras verla de haber visualizado un cine particular que no te deja en absoluto indiferente.
PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 7 SOBRE 10
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