Luz que agoniza (1944)

George Cukor se atreve en esta ocasión con un remake de un drama psicológico bien trabajado y sorprendente para la época en la que se rodó. Plasma con mano diestra un thriller de intriga clásico que sobrevive perfectamente el paso del tiempo. Dentro de el se ve como una joven cantante recientemente casada con el pianista de su profesor, vuelve a la casa donde se crió y de donde se fue tras la violenta y extraña muerte de su tía, también cantante de opera, de la cual no se supo nunca que es lo que realmente le ocurrió. En esa casa empieza entonces a ocurrir cosas extrañas de difícil explicación que van creando un ambiente enrarecido e hipnótico que atrapa la atención del espectador. 

Las interpretaciones de esta obra brillan con luz propia. La inconmensurable Ingrid Bergman vuelve a conseguir una interpretación sobresaliente con la que obtuvo un merecido oscar, pero también son enormes las interpretaciones de Charles Boyer como marido, Joseph Cotten como investigador e incluso una joven Angela Landsbury como sirvienta, mundialmente conocida por haber protagonizado muchos años después Se ha escrito un crimen. También merece mención especial la dirección artística que obtuvo el oscar por un magnifico trabajo de decorados y caracterizaciones que te transportan eficazmente a la época de la Inglaterra victoriana. La fotografía en blanco y negro también merece la pena ser destacada en un soberbio trabajo que crea una atmósfera oscura y llena de niebla en algunas escenas que crean una ambientación tenebrosa. 

En conclusión, Luz que agoniza es un drama psicológico clásico digno de elogio que merece la pena ser visto por todos los amantes del cine en blanco y negro, y también por los seguidores de cintas de intriga que buscan sorprender y atrapar la total atención del espectador. En su interior, encontrarán todo lo necesario para descubrir que es una película que sobrevive eficazmente el paso del tiempo: por su envolvente guion, sus estupendas interpretaciones, su fotografía y su música que te atrapan con elegancia, y por su dirección artística que hace que te encuentres de repente en la Inglaterra victoriana del siglo XIX.

PUNTUACIÓN DEL CINE DE RAMÓN 8 SOBRE 10

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